¡Por fin llega el buen tiempo! Aunque todas sabemos que con el calorcito, también llega el “temido” momento del cambio de armario. Ropa, ropa y más ropa. El armario y los cajones están a rebosar y en realidad no sabes ni lo que tienes, ni lo que dejas de tener… Quieres organizarlo todo, pero no sabes ni por donde empezar… ¿Te ha pasado alguna vez?
A mi sí. De hecho, varias veces al año... y por eso he decidido hacer como las americanas y hacer una buena limpieza de armario aprovechando el Spring Cleaning.
Sé que me va a costar deshacerme de mucha de esa ropa, pero también sé que es necesario… Ropa como esa camiseta que hacía un escote increíble, pero de un rosa chillón que no volveré a llevar nunca. Esos vaqueros que me he puesto mil veces, que me encantan y son comodísimos, pero que me da vergüenza que alguien me vea por la calle con ellos de lo desgastados que están. Esos tacones preciosisímos que encontré por casualidad en unas rebajas y que, por supuesto, no podía dejar que se quedaran en la tienda.
Así que, éste es mi plan de ataque para quedarme con lo justo. #VidaMinimalista
EL ANTES
- Planear “El momento”
Lo más seguro es que “el momento” vaya a llevar bastantes horas. Hay que asegurarse de que tenemos el tiempo suficiente para poder crear un caos y luego recoger/limpiar todo el lío. Eso de que la ropa se queda por la habitación creando dunas no es la mejor de las ideas...
- Preparar playlists de música
Ya sabemos que esto nos va a llevar un buen rato, ¿verdad? ¡Pues me niego a que sea un aburrimiento máximo! Aunque en realidad dependerá de cómo esté en ese momento. ¿Con ganas de tranquilidad o con ganas de que sea una fiesta? Aunque mi playlist del momento es ésta.
- Preparar 4 cajas / bolsas grandes tipo Ikea / espacio para 4 montones
Si queremos deshacernos de ciertas cosas, tenemos 4 opciones:
- OPCIÓN 1: Vender
- OPCIÓN 2: Donar
- OPCIÓN 3: Intercambio de ropa
- OPCIÓN 4: Tirar
EL DURANTE
- Sacarlo todo del armario.
- Preguntarse lo siguiente con cada prenda (en el caso de que tengamos dudas sobre si quedárnosla o no):
1. ¿Me queda bien?
2. ¿Me lo he puesto en los últimos 12 meses?
3. ¿Me lo volveré a poner alguna vez?
4. ¿Está todavía de moda y/o representa mi estilo personal?
5. Si tiene algún desperfecto (roto, botón descosido, etc.), ¿conseguiré hacer lo necesario para arreglarlo pronto?
6. Si estuvieran comprando ahora mismo, ¿lo volvería a comprar?
7. Y lo más importante: ¿me hace sentir increíble y segura de mi misma?
Si la respuesta es “no” a alguna de esas preguntas, sayonara baby. A cualquiera de las 4 cajas.
EL DESPUÉS
- Organizar la ropa.
- Decidir
¿Y qué hacemos con las 4 cajas que hemos ido llenando? Hay varias opciones:
OPCIÓN 1: Vender
Si la ropa está limpia y en buenas condiciones, podemos venderla en webs como:
OPCIÓN 2: Donar
- Cáritas
- Cruz Roja
- Contenedores autorizados en tu zona
- Tiendas de ropa - Ciertas tiendas de ropa tienen iniciativas para reciclar ropa. Por ejemplo, en H&M te hacen descuentos de 5€ por cada de bolsa que les lleves. No está nada mal, ¿verdad?
OPCIÓN 3: Intercambio de ropa
Si tenemos amigas, conocidas o familiares que también están haciendo lo mismo, podemos intercambiar las cosas que ya no necesitamos más.
OPCIÓN 4: Tirar
Para mí esta siempre es la última opción. Siempre y cuando esté en buenas condiciones y no de pena, prefiero donar la ropa antes que tirarla. Incluso a veces prefiero reciclarla o hacer algún DIY. Eso sí, la ropa interior sí que suelo tirarla.
¿Y vosotras hacéis cambio de armario?
Happy organizing! ;)
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